¿Alguna vez has sentido dolor después de un mordisco a un helado o a un alimento muy caliente? Si es el caso, debes saber que no eres el único. Y es que si bien el dolor causado por alimentos fríos o calientes puede ser un signo de caries, también es muy común en personas con dientes sensibles, es decir, con sensibilidad dental.
La sensibilidad dental, también conocida con el nombre de hipersensibilidad dental, es un problema bastante más frecuente de lo que podría parecer y que, por tanto, afecta a muchas personas. De hecho, se estima que más de la mitad de la población adulta la padece.
La sensibilidad dental puede ser un problema temporal o crónico. Y puede afectar a un diente, a varios dientes o a todos los dientes. En cualquier caso, para poder tratar estas «punzadas» en los dientes, resulta importante saber que puede estar detrás de ellas, es decir, conocer las causas que la provocan. Y una vez determinada la causa, poder encontrar una solución para combatir este molesto trastorno dental.
Por eso, en el artículo de hoy vamos a hablar en profundidad sobre qué es la sensibilidad dental, sus síntomas, sus causas y los posibles tratamientos para atajarla. ¡No pierdas detalle!
Tabla de contenido
¿Qué es la sensibilidad dental?
Se trata de un dolor agudo y breve que se produce cuando la dentina, la parte interna del diente, queda expuesta a estímulos externos. Estos estímulos pueden ser térmicos (bebidas o alimentos muy fríos o muy calientes), químicos (sustancias dulces o ácidas) e incluso táctiles (presión, cepillado de dientes, etc.).
La dentina contiene miles de túbulos microscópicos conectados directamente con los nervios del diente por lo que, cuando se pierde la protección del esmalte o de la encía, estos estímulos externos acaban llegando a los nervios, provocando una sensación muy molesta y desagradable.
La sensibilidad dental puede afectar a la calidad de vida de las personas que la padecen, ya que puede dificultar la alimentación, la higiene bucal y, en casos extremos, incluso el habla.
Además, en bastantes ocasiones, puede ser un síntoma de algún problema dental más grave, como caries, fracturas, enfermedad periodontal o erosión dental. De ahí la importancia de conocer sus causas para prevenirla, diagnosticarla y tratarla adecuadamente.
¿Cuáles son los síntomas de los dientes sensibles?
Aunque en la introducción del artículo, ya hemos visto algunos de los síntomas asociados a la sensibilidad dental, ahora veremos más en detalle cuáles son.
El dolor de la sensibilidad dental es sencillamente reconocible y es también al mismo tiempo muy molesto y desagradable para quien lo padece. En resumen, aunque varia mucho de una persona a otra, podríamos decir que sus síntomas y características son los siguientes:
- Dolor intenso y perfectamente localizado
- Responde a una reacción externa
- De corta duración, desaparece cuando la zona deja de tener contacto con el estímulo
Algunas personas lo describen como una sensación de «pinchazo» o «punzada» en los dientes. En ocasiones el dolor se experimenta en actos tan cotidianos como cepillarse los dientes o incluso al respirar o hablar, cuando el aire frío toca los dientes.
En cualquier caso, si la sensibilidad dental se mantiene en el tiempo, no es breve y no desaparece tras la interrupción del estímulo externo, lo recomendable será acudir cuanto antes a un profesional. Porque podríamos estar ante algún tipo de enfermedad bucodental más grave que debería ser valorada por un odontólogo que pueda hacer un diagnóstico adecuado.
Hipersensibilidad dentinaria: ¿cuáles son sus causas?
La hipersensibilidad dentinaria es el término médico que se usa para referirse a la sensibilidad dental. Si bien puede tener diferentes causas, las más comunes son las siguientes que veremos a continuación:
- Caries: cuando una caries avanza y afecta a la dentina, como puede ser el caso de la caries rampante, se produce una inflamación del nervio del diente, que acaba provocando una gran sensibilidad ante los alimentos fríos, calientes o ácidos. Nada que no se pueda solucionar con un empaste.
- Dientes rotos o astillados: de igual forma que en las caries, cuando se produce una fractura o una fisura en la pieza dental, la dentina puede quedar al descubierto, causando una gran sensibilidad dental.
- Empastes desgastados: con el paso del tiempo, los empastes pueden desajustarse o desgastarse, lo que abre la puerta a que se filtre comida o saliva entre el diente y el material del empaste y que esto acabe causando sensibilidad.
- Encías retraídas: la recesión de las encías es un proceso en el que el tejido gingival se va retirando y deja aire la raíz del diente, que no tiene esmalte y es más sensible. La recesión está asociada por norma general a una enfermedad periodontal, pero también puede deberse a un cepillado demasiado agresivo o a factores genéticos o anatómicos.
- Esmalte desgastado: el esmalte dental es la capa más externa y dura del diente, encargada de proteger de las agresiones externas. Sin embargo, el esmalte puede desgastarse por los más diversos motivos (bruxismo, abuso de consumo de alimentos o bebidas ácidas, uso de productos blanqueadores sin supervisión profesional, cepillado y pasta demasiado abrasivos, etc.).
- Erosión dental por ácidos: la erosión dental puede darse por los ácidos del propio cuerpo (reflujo gastroesofágico, vómitos, xerostomía, etc.) o de elementos externos como zumos muy ácidos o refrescos. Los ácidos atacan al esmalte y a la dentina y los desmineralizan y debilitan, provocando la hipersensibilidad.
- Tras un blanqueamiento dental: los productos empleados en un blanqueamiento dental pueden provocar que los dientes estén muy sensibles durante unos días e incluso semanas. Ahora bien, las molestias después de este tipo de tratamientos desaparecen por sí solas.
- Después de una limpieza de boca: cuando un paciente realiza una profilaxis dental debido a tener mucho sarro, en los siguientes días probablemente sienta sensibles sus dientes, ya que su dentina queda expuesta. Como en el anterior supuesto, la sensibilidad debería desaparecer por completo a los pocos días.
Sensibilidad dental repentina: ¿qué hacer?
La sensibilidad dental puede aparecer de forma repentina o gradual. Si notas un dolor agudo e inesperado en uno o varios dientes al tomar algo frío o caliente, al morder algo duro o al cepillarte los dientes, lo primero que debes hacer es solicitar cita con el dentista lo antes posible.
En cualquier caso, mientras tanto, tenemos algunas recomendaciones que puedes aplicar para reducir la sensibilidad dental:
- Usar una pasta dental desensibilizante: este tipo de pastas contienen agentes que bloquean los túbulos dentinarios y reducen la transmisión de los estímulos al nervio. Como es lógico, debe aplicarse con un cepillo suave y sin ejercer mucha presión. También se puede aplicar directamente sobre el diente sensible con el dedo o con un bastoncillo de algodón y dejarla actuar unos minutos.
- Evitar alimentos y bebidas muy fríos o calientes: pero también los muy dulces o ácidos, ya que todos ellos pueden agravar la sensibilidad dental. Si los consumes, hazlo con moderación y enjuágate la boca con agua después.
- No fumar ni beber alcohol, ya que pueden irritar las encías y dientes.
- Mantener una buena higiene bucal: cepillar los dientes después de cada comida y usar hilo dental y enjuague bucal al menos una vez al día. Se trata de la mejor forma de evitar la acumulación de placa bacteriana, que puede causar caries, inflamación de encías o periodontitis.
- Visitar al dentista de forma regular: al menos hacerlo cada seis meses, para que revise la salud bucal y haga una limpieza profesional en caso de ser necesario.
Sensibilidad dental constante: ¿cómo tratarla?
Si la sensibilidad dental es constante y no mejora con las medidas anteriores, lo más probable es que tu caso requiera de un tratamiento específico para solucionar el problema de fondo. Dependiendo de la causa y de la gravedad de tu sensibilidad dental, nuestros profesionales ofrecerán alguna de estas opciones:
- Sellado de fisuras o grietas: si tu sensibilidad dental obedece a una fisura o una grieta en el diente, el profesional podrá sellarla para impedir la entrada de bacterias y sustancias irritantes al interior de la pieza dental.
- Restauración de caries o empastes desgastados: si la sensibilidad dental se debe a una caries o a un empaste defectuoso, el dentista tendrá que eliminar la parte dañada del diente y rellenarla con un material restaurador que proteja el nervio.
- Injerto de encía: si la sensibilidad se debe a una recesión de las encías, la mejor solución será realizar un injerto de tejido gingival para cubrir la raíz expuesta del diente y restaurar su protección natural.
- Tratamiento desensibilizante: si la hipersensibilidad está relacionada con un desgaste del esmalte o una erosión dental, el dentista aplicará un producto desensibilizante sobre la superficie del diente, formando de esta manera una capa protectora que bloquea los túbulos dentinarios y reduce la sensibilidad.
- Endodoncia: si la sensibilidad dental está causada por una inflamación o una infección del nervio del diente, el dentista tendrá que hacer una endodoncia para extraer el nervio afectado y conseguir eliminar el dolor sin perder el diente.
Como ves, la sensibilidad dental es un problema que tiene fácil solución en la mayoría de casos. Lo importante es acudir a un profesional lo antes posible para que pueda diagnosticar el caso y ofrecer el tratamiento más adecuado.
En BASTIDA, tu clínica dental en Vigo de referencia, tenemos un equipo de profesionales altamente capacitados que estarán encantados de revisar tu caso en particular para que puedas olvidarte de la sensibilidad dental para siempre. Puedes contactar con nosotros por teléfono ( 986417034 ) o email clinicabastida@clinicabastida.es ¡Te esperamos!