Desiderata

La vida está hecha de ciclos, procesos rítmicos que se repiten de forma periódica, una y otra vez, como una curva que se cierra sobre sí misma para comenzar de nuevo. El día y la noche, las estaciones del clima, las mareas… el sueño y la vigilia, el hambre y la saciedad, la vida y la muerte…Hay ciclos importantes, significativos, que nos dan la oportunidad para reflexionar. La reflexión mental es un pensar reflejo, un pensar que vuelve sobre sí mismo, un pensar en el que nos pensamos, nos vemos, nos evaluamos. Al iniciar ciertos ciclos -como puede ser el comienzo de un nuevo año, marcado por el solsticio de invierno- es un buen momento, como decía, para reflexionar. En primer lugar hacemos una retrospectiva (del lat. retro– «hacia atrás» + spectare «mirar»), es decir, miramos cómo nos ha ido en el ciclo que termina. En segundo lugar, hacemos balance (del lat. bi- «dos» + lanx «platillos»), es decir, ponemos en los platillos de una imaginaria balanza las cosas buenas a un lado y las cosas malas al otro. ¿Cuál es el resultado? Cada uno deberá medir el suyo propio. Y, en tercer lugar, hacemos una lista de propósitos, llamada en latín desiderata: deseos que, de cumplirse, vaciarán el platillo de las cosas malas y llenarán el de las buenas.
Los romanos eran aficionados a hacer listas de cosas. Tenían, por una parte, la agenda (nombre que viene del verbo agere «comportarse»), la lista de «cosas que hay que hacer». Todavía hoy conservamos esta palabra con similar significado. La otra lista era la desiderata (nombre proveniente del verbo desidere «desear»), la enumeración de «cosas deseadas» por la persona que la escribe. Todos tenemos una agenda que nos indica los asuntos urgentes, que nos presiona para hacer esto y lo otro. Pero no siempre (o casi nunca) los asuntos urgentes son los más importantes. Los asuntos importantes para cada persona son los que están en la desiderata. Lo que ocurre es que, en los tiempos que corren, dejamos que la urgencia del día a día devore las cosas que nos importan, las cosas que deseamos. Y eso no está bien.Hemos abandonado la sana costumbre de escribir nuestra propia desiderata, como hacían los romanos de la época clásica. Hay que poner por escrito nuestros deseos. No me refiero a los caprichos momentáneos, sino a lo que de verdad nos importa a corto, medio y largo plazo. Todo esto suele estar desperdigado en nuestra mente, sin concretar demasiado. Al hacer una lista por escrito de nuestros deseos, uno tras otro, los concretamos y los reunimos. Hay que leerla con frecuencia,  pensar positivamente en ella, imaginándola con alegría. De vez en cuando,modificarla, añadir nuevas cosas… Al tenerla presente, nuestro comportamiento, casi sin darnos cuenta, cambia. Por ejemplo, estaremos más atentos para percibir las oportunidades; o quizá tenderemos a dedicar una parte, aunque sea pequeña, de nuestra agenda para ponerla al servicio de la desiderata
Los deseos expresan cosas que queremos cambiar. Ese cambio necesita cierto orden. Y ese orden es «de dentro hacia fuera», es decir, tenemos que comenzar cambiándonos nosotros antes de pretender cambiar nuestra circunstancia. ¿En qué deseamos mejorar nosotros, qué es lo que deseamos cambiar en nosotros mismos? Luego habrá que concretar todo lo que quisiéramos mejorar en nuestro entorno. Os invito a hacer vuestra propiadesiderata.
Para mí los ciclos solares son los más significativos para reflexionar, es decir, para hacer retrospectivabalance y desiderata. En el fuego purificador del solsticio de verano (que coincide con la fiesta de San Juan) intento quemar lo malo que hay en mí; en la luz naciente del solsticio de invierno, el Sol Invictus, procuro alumbrar lo bueno que puedo llegar a ser. Como recomendaban los antiguos, hay que encomendarse al dios Apolo, guía el Sol, protector de la medicina y la música .Decía nuestro genial Miguel de Cervantes -por boca del sentencioso Sancho Panza- que «es de bien nacidos ser agradecidos». Así que, haciendo caso a este prudente aviso, quiero dar las gracias a todos los lectores de esta bitácora por dedicarme vuestro tiempoEn fin, para todos nosotros deseo Salus, Pecunia et Amor en este 2014 que se nos viene encima.
Como broche final os dejo un poema titulado Desiderata. Se le atribuye a Max Ehrmann y fue publicado en 1927. Primero va la version en español y luego el original en inglés. Sabios consejos que nos invitan a la reflexión.
Camina plácidamente entre el ruido y la prisa,
y recuerda la paz que hay en el silencio.
En la medida de lo posible y sin traicionarte
procura vivir en buenos términos con tu prójimo.
Di tu verdad tranquila y claramente;
y escucha a los demás,
incluso al aburrido y al ignorante;
ellos también tienen una historia que contar.Evita a los ruidosos y a los agresivos,
ellos afligen al espíritu.
Si te comparas con otras personas,
puedes tornarte vanidoso y amargo;
pues siempre habrá personas más pequeñas y más grandess que tú.
Disfruta de tus logros y también de tus planes.Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea;
es una verdadera posesión en las cambiantes fortunas del tiempo.
Sé cuidadoso en los negocios;
pues el mundo está lleno de trampas.
Pero no dejes que ésto te ciegue a la virtud del mundo;
muchas personas luchan por grandes ideales;
y en todas partes la vida está llena de heroísmo.Sé tú mismo.
En especial, no finjas afecto.
Tampoco seas cínico ante el amor;
porque frente a la aridez y al desencanto,
el amor es perenne como la hierba.Toma con serenidad el consejo de los años,
y renuncia grácilmente a los dones de la juventud.
Nutre la fuerza del espíritu para protegerte de las desgracias inesperadas,
pero no te crees negros presentimientos.
Muchos miedos nacen de la fatiga y la soledad.
Sin olvidar una justa disciplina,
sé amable contigo mismo.Eres un hijo del Universo,
no menos que los árboles y las estrellas;
tienes derecho a estar aquí.
Y no importa si te resulta evidente o no,
no hay duda de que el Universo se está desarrollando como debe.Por ello procura estar en paz con Dios,
de la manera en que lo concibas,
y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,
mantén la paz en tu espíritu en la ruidosa confusión de la vida.A pesar del trabajo duro, las falsas esperanzas y los sueños rotos,
este sigue siendo un mundo hermoso.
Procura estar alegre.
Lucha por ser feliz.

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