Si tienes niños, posiblemente hayas oído hablar sobre la caries rampante, un tipo de caries muy agresiva y rápida que afecta a los dientes de leche, pudiendo acarrear graves consecuencias para la salud bucodental de tu pequeño.
Y es que pese a la creencia general de que la caries solo afecta a adultos, lo cierto es que se trata de una enfermedad bucodental común entre bebés y niños, de ahí la importancia de adoptar una buena rutina de higiene oral desde los primeros días de vida de tu pequeño.
Por eso, en el artículo de hoy te explicaremos qué es la caries rampante, cómo se produce y de qué formas se puede prevenir y tratar. Además, te facilitaremos algunos consejos para cuidar la salud oral de tu hijo desde su nacimiento hasta que cambia sus dientes de leche por los definitivos.
Contenido
¿Qué es la caries rampante?
La caries rampante, también conocida como caries del biberón o caries de lactancia, es una patología que afecta a los dientes de leche de los niños entre los 6 meses y los 5 años de edad.
Se llama rampante precisamente porque una de sus características es que resulta muy agresiva y avanza de forma muy rápida, provocando la destrucción del esmalte y la dentina de los dientes en muy poco tiempo. Y si no se trata, puede provocar la fractura del cuello del diente, es decir, la zona de la pieza dental más próxima a la encía.
La caries rampante suele dañar principalmente a los incisivos superiores, conocido como paletas, ya que son los que están más expuestos durante la succión al contacto con el biberón o el pecho materno. Sin embargo, también puede afectar a los molares superiores e inferiores, e incluso a los incisivos inferiores en los casos más graves.
En contraste con las tradicionales caries que aparecen en los dientes permanentes, la caries rampante no solo afecta a las zonas donde se acumula la placa bacteriana, sino que también daña las superficies lisas de los dientes, lo que la hace más difícil de detectar y tratar.
¿Cómo y por qué se produce la caries rampante?
Como sucede con los adultos, la caries rampante se produce por la acción de las bacterias que habitan en la boca que se alimentan de los azúcares presentes en la saliva y en los restos de alimentos.
Dichas bacterias producen ácidos que atacan el esmalte dental y lo debilitan, provocando de esta manera la formación de cavidades o agujeros en las piezas dentales.
Son varios los factores y malos hábitos que favorecen el desarrollo de la caries rampante. Veamos cuáles son algunos de ellos:
- Higiene bucal deficiente o inexistente: es sin duda uno de los principales factores que favorecen la aparición de la caries rampante. Por eso resulta importante limpiar las encías y los dientes del bebé después de cada toma o comida, usando una gasa húmeda o un cepillo muy suave adecuado a su edad.
- Alimentación inadecuada: las dietas ricas en azúcares y carbohidratos fermentables favorecen la proliferación de las bacterias y aumentan la acidez en la boca. Por eso, si bien la leche resulta imprescindible para ellos en época de lactancia, debería evitarse el consumo de otros alimentos como zumos, refrescos, golosinas, etc.
- Malos hábitos de lactancia: hábitos como dormir con el biberón o el pecho en la boca no son recomendables, ya que hacen que el líquido permanezca más tiempo en contacto con los dientes y aumente por tanto el riesgo de caries.
- Uso incorrecto del chupete: tradiciones de antes como el uso del chupete mojado en leche, miel, azúcar o jarabe para tratar de calmar al bebé, también son perjudiciales, ya que se está creando un medio ideal para las bacterias y el ácido.
- Falta de flúor: ya sea en el agua o en la pasta de dientes. Y es que el flúor ayuda a fortalecer el esmalte dental y a prevenir la caries, aunque como todo, debe estar en la proporción adecuada, pues un exceso de flúor puede provocar fluorosis dental.
¿Cómo se puede prevenir la caries rampante?
Como es lógico, la prevención es la mejor forma de evitar la caries rampante y sus complicaciones asociadas. Estas son las principales pautas que se deben seguir:
- Seguimiento de la salud bucodental: cuando salga el primer diente del bebé o antes de cumplir el primer año de vida, es imprescindible acudir a un especialista en odontopediatría. Este profesional se encargará de examinar la boca del niño, identificar posibles problemas y dar consejos sobre cómo cuidar la dentadura. Y es que recuerda: la prevención siempre es el mejor tratamiento.
- Fomento de la higiene bucal: mantener una buena higiene oral desde el nacimiento es imprescindible, ya que de esta forma el niño entenderá la importancia de ello y terminará adquiriendo este buen hábito de forma natural.
- Control de la alimentación: evitar siempre el consumo excesivo de azúcares y carbohidratos fermentables es vital para prevenir la caries rampante y, por consiguiente, la caries en general cuando el niño ya adquiere sus dientes definitivos. Además, entre tomas o comidas, se recomienda dar agua al bebé o niño.
- Evitar el hábito de dormir con biberón: este es uno de los grandes errores de los padres que dejan que su bebé se duerma con el biberón o el pecho en la boca. Se debe evitar y limpiar los dientes antes de que se duerma. Y si el niño necesita algo para calmarse antes de dormir, lo mejor es ofrecer un chupete limpio y, por supuesto, sin azúcar.
¿Cómo se trata la caries rampante?
El tratamiento de la caries rampante dependerá siempre del grado de afectación de los dientes y de la edad del niño. Y es que como bien hemos dicho, este tipo de caries avanza rápidamente, por lo que el profesional tendrá que decidir cuál es la mejor solución.
En cualquier caso, por norma general, se pueden distinguir dos tipos de tratamiento. Veamos cuáles son:
- Tratamiento conservador: consiste en eliminar la parte dañada del diente y restaurarla con un material adecuado, como una resina o un composite. Este tratamiento se puede realizar cuando la caries solo ha afectado al esmalte o a la dentina superficial, pero todavía no ha llegado al nervio dental.
- Tratamiento endodóntico: en este caso en el que el nervio del diente ya está afectado, habrá que llevar a cabo una pulpectomía. Consiste en eliminar el tejido pulpar o nervio del diente que ha sido infectado por la caries y obturar los conductos, antes de proceder a la reconstrucción de la pieza dental.
En algunos casos, cuando el diente ya está tan dañado que no se puede restaurar, la única opción será extraerlo. Sin embargo, esto debe ser siempre la última opción, ya que una extracción de los dientes de leche conlleva una serie de secuelas negativas tanto para la estética como para la funcionalidad futura de la boca del pequeño.
Conclusiones sobre la caries rampante
Como acabas de ver, la caries rampante es un tipo de caries que afecta a los niños pequeños y que puede tener consecuencias graves para su salud dental.
Para prevenirla, es vital mantener una buena higiene bucal desde el nacimiento, controlar la alimentación del niño y evitar el hábito de dormir con el biberón o el pecho en la boca, entre muchas otras cosas.
De todos modos, ante la más mínima sospecha de caries rampante en tu hijo, te recomendamos acudir a un especialista para salir de dudas.
En nuestra clínica dental de Vigo tenemos un equipo de especialistas en odontopediatría que estarán encantados de ayudarte tanto en lo relativo a la caries rampante como en cualquier duda sobre el proceso de dentición de tu pequeño.
Así que no lo pienses ni un instante y contacta con nosotros a través del formulario de contacto de la web, del correo electrónico o en el teléfono 986 41 70 34.